Aquí y Allí (I)

De izda. a dcha. y de arriba a abajo: un ‘belarmino’; Dolores Ibarruri; Fernández Miranda (por Revello del Toro); Manhattan en la noche del apagón de 1965 (CC)”

Aquí y Allí (I)

AQUÍ: Asturias, 5 de noviembre de 1936. En plena Guerra Civil, el Consejo de Asturias y León sanciona la normativa de emisión de moneda propia, aprobada el 24 de octubre anterior. Estas monedas y billetes, fabricados en Gijón y distribuidos desde la sede del Banco de España de la ciudad,  serán popularmente conocidos como “Belarminos”, al llevar la firma del presidente del Consejo, Belarmino Tomás Álvarez (1892-1950). 

La emisión de estos billetes buscaba paliar la carencia de circulante corriente, al estar Asturias aislada por tierra del resto de territorio republicano. Comenzaron a circular a partir del 10 de noviembre hasta la caída del Frente Norte (21 de octubre de 1937), en unidades de 25 céntimos, 1 , 5, 25, 50 y 100 pesetas, en distintas emisiones y diseños, primero como talones validados y a partir de enero de 1937 en forma de billetes de curso legal. Algunos de estos billetes, por su rareza y corta vida de circulación, son hoy cotizadas piezas de coleccionismo numismático.

ALLÍ: EEUU, 9 de noviembre de 1965. Una avería en la red de transmisiones del noreste de Estados Unidos, ocurrida a media tarde, deja sin suministro eléctrico a la ciudad entera de Nueva York, así como a sus estados colindantes y parte de la costa sureste de Canadá. El apagón es total, y aunque inicialmente cundió el pánico al quedar atrapadas miles de personas en ascensores o en atascos de tráfico sin regular, la cooperación ciudadana y los servicios de protección civil consiguieron controlar  y reconducir gran parte del caos en una ciudad a oscuras, mediante la ayuda espontánea y la coordinación entre vecinos y fuerzas de seguridad. Fueron 14 horas de angustia e incertidumbre, al tratarse del primer gran apagón masivo en la Historia de Nueva York, afectando de modo directo a casi 18 millones de habitantes. 

Doce años después, el 13 julio de 1977, una avería en una estación eléctrica al norte del Río Hudson originó que se repitiese el suceso, aunque esta vez se desató el terror con grandes disturbios, pillaje, violencia y escenas de pánico y descontrol. Las crónicas rememoran que aquella fue una noche de pesadilla en la que la ciudad (salvo los barrios de Brooklyn y parte de Queens) permaneció más de doce horas a oscuras y sin electricidad ni suministro siquiera para hospitales, telefonía o servicios de emergencia. Las consecuencias sociales y políticas fueron catastróficas y el suceso es recordado como una de las noches más angustiosas y caóticas del siglo XX.

Nace Torcuato Fernández Miranda: 10 de noviembre de 1915, Gijón. Jurista y catedrático de Derecho, es considerado “el cerebro” legislativo de La Transición democrática. Fue rector de la Universidad de Oviedo entre 1951-53 y posteriormente Director de Enseñanzas Medias y Universitarias a nivel estatal. También fue preceptor del rey Juan Carlos y a partir de 1969 desempeñó cargos orgánicos dentro de los últimos gobiernos de Franco. A la muerte del dictador fue nombrado presidente de las Cortes, y en los siguientes dos años su papel consistió en transferir “de la ley a la ley” las estructuras del franquismo hacia un estado democrático, labor en la que demostró una inteligencia aguda, una oratoria pasmosa y gran habilidad negociadora, pero también varios errores de cálculo, que, a la postre, supusieron su distanciamiento con el rey y su pérdida de influencia en el ámbito político, en beneficio de Adolfo Suarez y la UCD. Supo ver que su papel en la Transición se acababa abruptamente y justo antes de las elecciones de 1977 presentó la dimisión, retirándose de la vida pública. Falleció inesperadamente en Londres, de una dolencia cardíaca fulminante, en el verano de 1980.

Fallece Dolores Ibárruri: 12 de noviembre de 1989, Madrid. Política, fundadora del PCE, diputada en Cortes durante la II República y presidenta del partido en el exilio, Pasionaria (a menudo llamada “La Pasionaria”) fue un personaje cuya imagen popular no conoció término medio en adhesiones o repudios. Para unos, ejemplo de libertad suprema y símbolo de las izquierdas a la altura de Mao Ze-Dong o Ernesto ‘Che’ Guevara; para otros, una apologista del odio de clase y epítome de las peores consecuencias del marxismo. En el plano real, la vida de Dolores Ibárruri Gómez es bastante más compleja que cualquier estereotipo reduccionista: nacida en 1895 en Gallarta, País Vasco, en una familia obrera muy humilde de fuerte ascendente católico y carlista, evolucionó muy pronto al marxismo y en 1921 fue una de las fundadoras del Partido Comunista de España. Enérgica e inteligente, pero también vehemente y partidaria de la política confrontativa, en 1936 fue elegida diputada por la circunscripción de Oviedo, protagonizando incisivas intervenciones en Cortes en las que su fuerte carácter y su directa oratoria forjaron su personaje público. Durante la Guerra Civil alcanzó su máximo poder dentro del PCE, y en su exilio soviético, en la etapa final del estalinismo, ejerció férreamente la secretaría general hasta 1960, cuando le sucede Santiago Carrillo. Su regreso a España durante la Transición vuelve a auparla políticamente, encabezando de nuevo la candidatura del PC por Asturias en las elecciones de 1977. Sin embargo, los malos resultados obtenidos marcan su ocaso político, pasando a ser desde entonces un símbolo, con todas las atribuciones y contradicciones que conlleva esa consideración. Un homenaje en Madrid, en 1985, constituyó su última intervención pública, falleciendo en esa misma ciudad en 1989. 

Rafael Alvarez-Balbuena
revistacantabrica@gmail.com