
26 Ene «El periodismo rural permite trabajar en contacto con la realidad próxima, sin ruedas de prensa o notas oficiales»
Fernando Romero, periodista.
En el siglo XXI, lo local y lo global se unen a nivel de cercanía. Y en materia de información, bien se podría decir que la tan traída y llevada «vuelta al origen de todo» tiene su correlato en el periodismo rural. Así se reflejaba en las respuestas que Lucía Naveros brindaba en su Cuestionario Cantábrico de la semana pasada, y así lo ratifican las de Fernando Romero, el otro puntal del diario La Voz del Trubia. Una prolongada experiencia profesional y los positivos resultados de este proyecto que sigue creciendo en Asturies avalan la tesis de que, igual que la poesía es un arma cargada de futuro (Blas de Otero dixit), el periodismo de proximidad es un instrumento necesario -y eficaz- para conocer el presente.
Nombre completo, lugar y fecha de nacimiento:
Fernando Romero García, Oviedo, 1965.
¿Qué sitio de Asturias o del Norte asocia a su primer recuerdo de infancia?
Oviedo.
Como ovetense ¿cuál o cuales son los rincones que cree mejor definen la capital?
La catedral, el Naranco, el campo de San Francisco.
Y de los espacios ya desaparecidos del paisaje ¿cuál recuerda con más cariño?
El gran solar que había en donde hoy se levanta el centro comercial Salesas. En uno de los edificios conventuales vivían mis abuelos y estábamos siempre en ese solar jugando a fútbol y al escondite. Recuerdo que estaba lleno de escombros y objetos, entre ellos un coche antiguo de los años 30. También recuerdo como zona de juegos (hoy está todo construido) la estación de Económicos y las vías en donde estaban aparcados trenes de madera antiguos a los que entrábamos para jugar.
Su lugar ideal del Norte (o del mundo) para disfrutar sería…
Cualquier pueblo que se haya librado del turismo urbanita.
Sobre gustos está todo por escribir, así que ¿cuáles son sus favoritos?
– Libro: No tengo ninguno favorito. Me gustan los de historia y ensayo, fundamentalmente.
– Película: Muchas. La última que vi, ‘La Isla mínima’ me encantó.
– Disco: Camel, Pink Floyd, FROM, Purcell, Bach y todo el flamenco (toda la música en general, es lo que da sentido a la vida).
– Farturina: pote en Casa Laureano (Teverga).
– Persona: Mi compañera Lucía.
– Acontecimiento histórico: La Revolución Española de 1936.
¿Qué significa ser periodista en el siglo XXI, y qué significa serlo en concreto en un área como la Asturias de las comarcas rurales del Trubia, Cubia y Suroccidente?
En el siglo XXI se hace cada vez peor periodismo. Viene todo enlatado desde organismos oficiales. La profesión es precaria y la formación escasa. El periodista no tiene tiempo para trabajar bien sus historias y contrastarlas adecuadamente. El audiovisual y los cliks tiranizan los contenidos, que ya no aportan conocimiento crítico, sino espectacularidad y engaño. Sobre la segunda cuestión, nos permite trabajar en contacto con la realidad más próxima, sin ruedas de prensa, sin notas oficiales… tratando con los vecinos y escribiendo sobre sus preocupaciones. Nos enriquece como periodistas y personas y contribuimos a que se tenga en cuenta en los despachos a la zona rural.
Se habla mucho de la crisis actual del periodismo, pero ¿puede ser que la crisis sea en realidad de la sociedad entera? Y de ser así ¿hasta qué punto somos los periodistas responsables de que esa idea haya calado?
Los periodistas, como otras profesiones, somos siervos de unos poderes que nadie ha elegido. Los medios de comunicación dependen de ser financiados por la publicidad y los periodistas ofrecen contenidos en esos medios cuyos jefes no van a permitir que se informe de temas que puedan poner en peligro esa financiación. Quedan márgenes, pero a veces no se utilizan porque actúa la autocensura. A ello hay que añadir la escasa formación de los periodistas y el tremendo daño que han causado las redes sociales y los medios audiovisuales, en donde, como he dicho, prima el espectáculo y no la información. Falta pensamiento crítico.
Sociología parda: ¿Por qué los asturianos nos peleamos tanto en casa, pero nos tratamos de hermanos al cruzar más allá del Negrón?
Bueno, no lo sé. No creo que seamos los asturianos. Somos todos los humanos en general así. Supongo que cuando estamos lejos de nuestra tierra y cultura nos sentimos más solos e indefensos y buscamos hacer ‘pandi’ con los nuestros, aunque en casa ni les hablábamos. El nacionalismo, la idea de patria y todas esas chorradas distancian a lo seres humanos. Y eso siempre beneficia a alguien.
¿Asturias tiene remedio? ¿O hay futuro?
Claro que tiene remedio. El mundo tiene remedio, y Asturias también. Pero pasa por darle la vuelta a todo y eso requiere valentía y pensamiento crítico. El problema es que nos queda poco tiempo como especie si no paramos la destrucción del planeta. Hay que resetear, parar de crecer y reflexionar. La idea de desarrollo y crecimiento ilimitado es antinatural. El único organismo vivo que crece ilimitadamente es el tumor cancerígeno, y ya sabemos como acaba.